
En primera instancia haremos una buena elección de los canarios que pondremos a criar. Esto significa entre otras cosas: que los ejemplares a reproducir se vean sanos, que se los vea con buenos desplazamientos, que se alimenten bien y ver en ellos muy buena sanidad; lo que se comprueba con su vitalidad dentro de la jaula. Una vez elegidas las parejas, realizamos una desparasitación interna (cualquier producto de venta comercial para dicho fin) y otra externa; especialmente para evitar la presencia de ácaros durante la cría (piojillo rojo que es el más común); los que son un malestar muy grande para los padres reproductores y los pichones. Llegando el mes de septiembre ponemos las hembras en las jaulas de cría con su nido y material acorde (hilachas de arpillera, o hilo sisal), esperando que lo vayan construyendo. Una vez armado, procedemos a juntar la hembra con su macho correspondiente. Cada jaula contiene su vasija con conchilla molida (calcio) para que la hembra disponga de ella cuando le sea necesaria. Por supuesto suministramos diariamente bizcocho balanceado, o pastón; mezclado con huevo duro, previo y durante la postura. Completada la puesta, cuando observamos que la hembra se queda echada en su nido, contamos entre 13 y 15 días, para esperar el nacimiento tan deseado de las futuras crías. A partir del primer […]